The aim of restorative practices is to develop community and to manage conflict and tensions by repairing harm and building relationships. It can provide a forum whereby those most directly affected by wrongdoing come together to determine what needs to be done to repair the harm and prevent a reoccurrence. It allows the act to be rejected, whilst acknowledging the intrinsic worth of the person and their potential contribution to society.

The project will look:

- For the practitioners and organisations to provide an explicit framework in relation to their practice which aims at improving relationships on the grounds of values shared by the community;

- To target challenging attitudes and behaviour ultimately aiming at addressing and repairing conflict and any harm caused.

- To provide a common vocabulary both in ethos and actions for the organisations and professionals involved in different services.

- Staff working in the target areas will be trained in restorative practices to deliver on the outcomes stated above. The particular expertise of both regions will mutually develope practice.


Wednesday, October 16, 2013

Las Prácticas Restaurativas: Una experiencia a considerar para fomentar la cohesión social de la comunidad por Carlos Vecina.  

Publicado el 10 de junio de 2013 en INSTITUTOMM.

Durante el período 2007-2011, se llevaron a cabo diversas acciones comunitarias de carácter integral en Son Gotleu, un barrio de Palma de Mallorca construido en los ’60, cuyas características arquitectónicas, urbanísticas y sociales se asemejan a barrios de otros lugares del Estado, cuyo origen se remonta a la misma época y han padecido una evolución de degradación similar. Factores como: La construcción de edificios de mala calidad, falta de recursos, elevada densidad de población, concentración de problemas sociales diversos… cambio residencial y demográfico unido a la desvertebración social… todos ellos en su conjunto favorecedores de un aumento de la vulnerabilidad social en estas zonas.

Las iniciativas llevadas a cabo en este territorio culminaron con las aportaciones de Marco Marchioni para la reorganización de las iniciativas y la elaboración de un diagnóstico comunitario, documento que sentaba las bases organizativas apropiadas para que los tres protagonistas de la escena comunitaria tuvieran la oportunidad de trabajar de forma conjunta y participativa. Una serie de circunstancias condujeron a la falta de consolidación definitiva de la intervención y su supervivencia más allá de cambios en las políticas desarrolladas; aunque algunas intervenciones han sobrevivido a esos vaivenes, tal es el caso de un programa europeo basado en la metodología de las prácticas restaurativas, para ello se contó con la formación de profesionales que llevan a cabo un proyecto de mayor envergadura en la ciudad de Hull (Inglaterra). Se trata de una iniciativa liderada por el Instituto de la Convivencia y Éxito Escolar de la Comunidad Autónoma de las Illes Balears. El programa ha estado en vigor durante los cursos 2011/12 y 2012/13, participando centros educativos de carácter público, diversos servicios finalistas del Ayuntamiento y la Universidad de las Islas Baleares.
Las prácticas restaurativas son una metodología que fomenta la cohesión social en sus diferentes grados de interacción, desde las relaciones interpersonales cotidianas, hasta aquellas que implican a los miembros de una comunidad en la toma de decisiones. Su aplicación puede llevarse a cabo en muy diversos ámbitos; si bien sus inicios se circunscriben al área de justicia (concretamente bajo el concepto de Justicia Restaurativa) poco a poco se ha ido incorporando a otros espacios, como el caso del mundo educativo o la acción comunitaria en toda su amplitud.

El desarrollo de la implementación ha sido algo dispar, pues si bien han estado implicados diversos recursos institucionales, la intervención de mayor peso se ha llevado a cabo en los centros de enseñanza. Quién escribe este artículo ha participado como socio en este programa Comenius, en representación de la Universidad de las Islas Baleares, formando equipo con una compañera del Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación, nuestra función ha consistido principalmente en realizar un seguimiento del proceso de implementación y evaluación de su aplicación en los centros de enseñanza.

La acción de los centros se fue diseñando en torno a cuatro ejes: organización general del centro, actuaciones con el claustro, actuaciones con el alumnado y, por último actuaciones con las familias. A cada una de estas líneas le correspondieron una serie de actividades previstas decididas por cada centro educativo.  En la actualidad, una vez finalizado el programa, los centros han avanzado en su integración en la dinámica del centro y práctica docente. Lo que quería destacar de este proceso es la buena acogida que ha tenido por parte de aquellos profesionales que se han ido implicando; destacando todos ellos lo apropiado que ven, en las diferentes variantes técnicas de las prácticas restaurativas, el hecho de su potencial para generar relaciones simétricas entre las personas, dar importancia a las emociones y la empatía, fomentar la cohesión grupal desde una perspectiva abierta a nuevas incorporaciones; lo importante que pueden llegar a ser iniciativas como éstas para fortalecer la cohesión social y su fuerte impacto en la facilidad para generar la participación e implicación en acciones comunitarias.




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